En el jardín la algarabia,
gran revuelo se siente
pues inocentes voces se escuchan,
que como mariposas
aletean de flor en flor,
llevando el polen
de sus fantasías.
Son las vocecitas de
Nicolás y Valentina
que con sus inocente ojos
hablan de su mundo de fantasía.
Sus cuerpecitos se balancean
dibujando extrañas figuras
en el lienzo de la brisa.
De sus pequeñas cabecitas
emergen travesuras sin par
llenas de candor infantil
que describen
su mundo de aventuras,
que como cometas vuelan
en el cielo de su abuela,
que todo le consiente,
ya que a ella
la trasladan a su infancia.
Nicolás y Valentina,
Valentina y Nicolás
son dos retratos de acuarela
que el jardín de su abuela
llenan de color, de amor, de fantasía,
siendo las relucientes estrellas
en la noche de su abuela, y
las luces de sus nublados días.
Son la tormenta de su tristeza
y el relámpago de su oscuridad,
que arrullan sus días grises, y
acarician en sus alegres días.
Sus voces querubines de alegría son.
Nicolás y Valentina,
Valentina y Nicolás
sois la sinfonía que
alegra mi corazón
de triste poeta,
y que sois la inspiración
de este inquieto escritor.