CANELA Y MIEL
Compartimos sendas empedradas, -que no son olvidos-
Anoche me detuve a observarte, -en el recuerdo de la evocación-
No teniendo miedo a encontrarte en el silencio, -de un pensamiento-
En esa soledad tuya, -que has dejado en tu marcha-
La maravillosa coincidencia, -donde se encontraron nuestros reflejos-
Agarrando tu grito y mí llanto, en el sollozo del viento-
Y
Me trajo de vuelta tu rostro quieto, -a la realidad del presente-
Inútil tiempo perdido, -en un recuerdo del olvido-
Esperando nuestro encuentro, -que solo existe en la memoria-
Lo más bello de la existencia, -en esa evocación sin olvido-
Pippo Bunorrotri.