Amo la vida
aunque
ni corazón quebró
con su grito
el ultimo lamento
del sueño inefable
del amor,
dejando tormento
en el monumento
de un recuerdo
alzado en la memoria.
Amo la vida
sin pedir consuelo
para mi dolor
que con el ungüento
de mis lagrimas
curo las heridas.
Pippo Bunorrotri