Caminamos
de la mano
en los números
del calendario
y en las horas
de sus cuentas,
donde nos perdimos
sin retorno.
Tal vez, los minutos
se cansaron
de la espera,
en los aburridos
segundos
de una melancolía
que quería escribir
la historia
del gran amor
que no fue,
porque fue
un amor
que nunca nació,
porque fue
el espejismo
en la encrucijada
de nuestros caminos
que se encontraron
en un día
de melancolía.
Pippo Bunorrotri.