Descansa el sol
sobre el plácido mar
escuchado
el arrumaco
de las olas,
vistiendo al azul cielo
con blancas y estiradas
gasas de seda,
mientras en mi mente
el crujido del día
desaparece
en el arrugado pliegue
de ese momento
sin gasas de seda
y tu rostro
en mi pensamiento dulce
se refleja sobre
la cristalina lagrima
de una añoranza,
deteniendo el tiempo
del suspiro
de mi corazón,
de ese instante
de emoción congelada.
POEMARIO PROLOGO DE UN SILENCIO
Pippo Bunorrotri
Inicio