Fuiste,
el antojo
de mi deseo
y en el devaneo
de las noches
y la luna,
arrastre los golpes
de mi pasión,
rompiendo en pedazos
mis sueños
y con el reflejo
de tus ojos
uní las palabras
de mis lágrimas
que mudas
gritaban
tu nombre,
que era
el antojo
de mi deseo.
Pippo Bunorrotri.