En la noche arrinconada
de memorias resquebrajadas,
de oscuridad sin lágrimas,
surgen los antiguos sentimientos
de sofocos y alegrías
adivinando mis pensamientos,
anhelando aquellos deseos
de una vida en sueño
donde la noche es día
y el día es pasión
por vivir su tiempo
sin pausa ni miedo
dónde los sofocos
son dulces olas
sobre las que navegamos
recordando el reflejo
de nuestros momentos.
Pippo Bunorrotri.
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