En el allende ayer
de la memoria del tiempo
suenan las trompetas
replican los tambores.
Los penitentes nazarenos
acomodas sus pasos.
Las capas, togas y sayos
estiran sus arrugas.
Los rostros fustigados, -por su destino-
el visaje de su gesto ocultan
tras manoletas y papones.
Los penitentes nazarenos
acomodan sus pasos
al grito del silencio.
Los susurros caminan de la mano
ajenos al ruido de la soledad
haciendo el tiempo más largo.
Las lágrimas hincan rodilla
ante el abanderado sentir.
El silencio escribe mudas palabras
en el viento roto del recogimiento,
mientras los versos bailan
en la pluma de un poeta
que revisa la memoria de su tiempo,
en este hoy
de encierro
y penitencia.
Pippo Bunorrotri.
¡Cómo me hubiera gustado pisar las calles de León nuevamente estos días de Semana Santa y disfrutar de esa catedral! Y del Genarín…
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A MI TAMBIEN LLEVO SIETE AÑOS SIN PISARLAS Y LAS HECHO MUCO DE MENOS. SALUDOS Y FELIZ SEMANA
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GRACIAS
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