LA PRIMERA MIRADA

Aquella primera mirada

donde un delirio de besos

se desataron,

en ese instante

perpetuo…

sin horas,

en ese momento

de infinito…

sin tiempo,

donde los sueños

eran olvidados,

donde la lejanía

de sentimientos

se volvió

en obsceno despertar

en el amanecer

de una realidad

en la que seguiremos

amándonos.

Pippo Bunorrotri.

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LOS LATIDOS

En los latidos

del tiempo

de mi vida,

mis miedos

se ahogan

con el llanto

entrecortado

de mis ojos.

Mi mente desgastada

por las horas

de un tiempo,

que dicen

que es mio,

es acariciado

por la lluvia

de mis lagrimas.

Mis ojos se cierran

ante los días

de una vida

sin tiempo

y con los suspiros

de mi corazón

lamento las horas

Lentamente

mis ojos se abren

esperando encontrar

la esperanza

de mi mirada

que de clemencia

a mi vida.

Pippo Bunorrotri.

LOS VERSOS DE UN POETA

Iba a escribir

los versos de un poema

en esta tarde sin horas

donde caminan los días

dejando que el borrador

de la poesía, gatee

contra las arrugas

de las horas, dejando

que sus palabras

perforen la piel

mientras la mirada

mira el vacío del dolor

de ese poema arrancado

a los suspiros

de unos sentimientos ausentes,

dejando que una lagrima

invada el dolor de ese día,

donde escribir un poema

es la otra realidad

de la realidad,

con esa metáfora

que juega a ser verdad

con las palabras.

Pippo Bunorrotri.

EL TEMOR DEL POETA

El poeta teme

a la muerte

de la vida

y una lagrima seca

corre entre los versos

de su poesía,

que aun respira.

El poeta camina

en ese horizonte

donde el dolor

se asienta

en los suspiros

de una sonrisa

que dilata los sombras

de un recuerdo extenuado

por el descanso prolongado

en la memoria ciega.

El poeta teme

a la muerte

de la vida

aunque niega

la verdad

de su cobardía,

disfrazando la existencia

por el réquiem

de un día

que recoja

la lagrima seca

del pesar de su día.

Pippo Bunorrotri.

INFANCIA PERDIDA

La infancia perdida

entre las nubes

que el tiempo arrastra,

regresa a mi memoria

en el alegre tío vivo

de mis recuerdos,

llenándose mis ojos

de lagrimas de playa

con los que formar

castillos de arena

en ese momento

de feliz descanso

del recuerdo.

Pippo Bunorrotri.

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EXTRAÑA SENSACIÓN

Una extraña sensación

oculta su emoción

en mi alma derramada.

En mi pecho

los suspiros arden

como leño encendido

desecando el aliento

y en mi mente

un lejano recuerdo

se vuelve vivo

llenando los ojos

de agua viva

que escorrentía

entre los pliegues

de un rostro resignado.

El silencioso deseo

de una memoria

que deambula

entre evocaciones

y alusiones

de un destino

sin estrellas,

donde las caricias

son escalofríos

que se bambolean

en los sueños.

Pippo Bunorrotri.

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EL MIEDO

El miedo,

es la sombra misteriosa,

agazapada,

en los pliegues del alma

con su verso premioso

que inesperadamente

se rebela saltando

sobre la umbría emoción

de un pesar,

convirtiendo el engaño

de ese feroz amigo

que en su mirada

se refleja un futuro

desconectado, dejando

en el tiempo pasado

los suspiros

de un viento,

vagando

por ese pálido cielo,

de misterio,

donde la alegría

es una desprevenida

moribunda.

Pippo Bunorrotri.

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OSCURA FIGURA

La oscura figura

con la espada en la mano

trota en el súbito horizonte

que se divisa en la lejanía

floreciendo en la mirada

secando las gotas

de la hora,

anulando la garganta,

corriendo por la ladera

de la frente,

escondiéndose el pensamiento

en el espeso bosque

de la memoria,

burlando el tiempo

que se sacude

en el estremecer

del cuerpo,

rasgando el silencio

con los suspiros

del abatimiento,

escribiendo

estos versos

descoloridos

que filtran las visiones

de un agobio

sin penitencia.

Pippo Bunorrotri.

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LA SOLEDAD

La soledad cabalga

en silencio,

en la vida de esos

cuyos miedos

le enmudecen

ante la umbría sospecha

de una existencia

sin bizarría.

Inapelable destino burlón

cuya verdad golpea

la mente de un alma

herida e indefensa

ante la helada

soledad.

En este tiempo

de libertades

controladas,

en el descontrol

de las horas.

La agonía

de la existencia

viaja hacia lo desconocido

sin darse cuenta

de ese tiempo maldito

donde transita.

La soledad

viola la vida

desgarrando las entrañas

de tu alma,

perdiéndose,

en el eterno infinito

de ese momento

que hace memoria

perdiéndose

en el olvido

de un pasado

que no cuenta.

Pippo Bunorrotri.

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HUBO UN TIEMPO

Hubo un tiempo

que la muerte

quemo mi castillo,

y la vida, esa

que parecía gastada,

me tomo de la mano

y en el impulso

del ultimo latido

me elevo

hasta esa lejanía,

misteriosa,

donde la vida muestra

su perspectiva,

señalándome la confluencia

donde el sol y el mar

se funden en el abrazo

de la insidia eterna,

sintiendo en mi piel

la dulce caricia

de una vida nueva,

mas natural y fresca,

incrédulo, me deje llevar

por ese sueño atemporal

antes de que me empotrase

en la realidad de mi existencia

esa en la que el dolor

y la fatiga, agotan,

pero en ese viaje

a la misteriosa lejanía

he aprendido

que cada día

es distinto

y hermoso,

que no puedo dejar

que pasen sin más,

que tengo que gastarlos.

Pippo Bunorrotri.

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EL VIENTO DEL TIEMPO

El viento del tiempo

se cuela

entre las gastadas hojas

del diario

de las horas de mi vida

aireando

los grises miedos

y los insomnes sueños

de un alma

que persigue fantasmas.

Mi adolescencia brota

como volcán efervescente

donde mi corazón

no conocía los miedos

que mi rostro mostraba,

palpitando,

como caballo desbocado

hacia una adolescencia

inquieta y sin freno,

olvidándose del pasado

para disfrutar el presente

de una vida ignorada

que me ha llevado

a la madurez del ahora

donde me he encontrado

con mi sombra anémica

yaciendo en la cama

de la verdad oculta

en el silencio

de las lagrimas secas.

Pippo Bunorrotri.

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UN DÍA

En estos lánguidos días

de alarmas y celdas

donde las imágenes

de los sentidos

son borrosas

y sus palabras

se han perdido

en los vagos movimientos

de un instante sin tiempo,

de unos momentos

que pierden las horas

innecesariamente.

Me gustaría nacer de nuevo

sin recuerdo, con un velo

transparente y ligero,

para vivir mis rebeliones

despertando en el amanecer

de un día que camina

en el instante del momento sin alarmas ni celdas.

Pippo Bunorrotri.

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