EL VALLE DEL DESEO

Hace tiempo que en el valle del deseo,

ese valle de sonrisa callada

y silencio permanente,

donde en la noche

la luna desnuda se pasea

bajo la luz de la estrellas,

y por el día

el sol dormita

tumbado en su verde pradera.

 

En ese valle un árbol broto

de nombre Inquietud,

durante años lleno de ansiedad creció

zarandeado por el viento que se alzaba

sobre la perenne soledad del alma

que suspira por la magia

del valle del deseo.

 

Al principio solo eran

finas ramas cimbreantes

que el tiempo las curtió

convirtiéndolas en ramas que se agitan

que palpitan como las olas del mar

entorno a esa pasión salvaje

de ese secretó anhelo.

 

Ese árbol creció

esbelto y curtido

con sus ramas inclinadas

llorando de ilusión

en el valle del deseo

ese secreto que el alma amamantó

y el corazón acarició

creando desasosiego.

 

Ese árbol cuya fruta es la duda,

amarga de sabor

pero cuando madura

te llena de satisfacción

haciendo que el manto de nubes

que surcaron sin respiro,

durante  tiempo, el cielo esquivo

de ese valle del deseo

se convierten en gotas de roció

que son lagrimas de inquietud.

 

Nada se detiene

en el valle del deseo

un solo instante…

si tú no quieres…

nada salvo el viento del tiempo

que se cierne

sobre la mágica y perenne

soledad de tu alma

donde crece

el árbol de la inquietud.