Amigos míos:
Esta mañana, y después de meditarlo, he decidido vestirme con seriedad, para salir al ruedo del asfalto.
Siento interés, y la necesidad también, en ver, esa variedad tan enorme que existe entre la gente que me cruzo y convive en esta sociedad nuestra, empezando por su aspecto y terminando con el modo de comportarse socialmente.
Me pregunto:
¿Serán felices esas personas que han visto hurtadas sus ilusiones, sus sueños, sus esperanzas, e incluso en algunas casos y según que situaciones su alma?
Una buena parte de estos, forman ese grupo gentil y sofisticado de la llamada nueva generación. Caminan con cierta rapidez, se vislumbra nerviosismo, y en su mirada no se aprecia paz ni sosiego, sino más bien cierto resquemor del pasado que les lleva de cabeza al incierto futuro de este alocado y caótico presente.
Espero y deseo que ese ingente grupo de seres, recuperen las ilusiones perdidas, sus sueños y alegrías, pues los mismos nos hacen sentirnos realizados, y definidos…
Liberar el alma, es una tarea ardua, difícil, pues ella, puede haberse resignado a permanecer tras las frías rejas de la ilusión y la esperanza, a pesar de que algunos digan, aunque en el fondo seguro que no lo piensan, que es signo de debilidad.
Desde que el ser humano consideró, y de eso hace ya muchísimo tiempo, oportuno y conveniente vivir en sociedad, pues no debemos olvidar que todos dependemos de los demás, se instauraron unas reglas generales para disponer de unas directrices que hicieran llevadera la convivencia… Entonces pienso si…
¿No sería mejor ser más condescendiente?
Lo cual no quiere decir en absoluto que seamos tolerantes con las situaciones injustificadas.
Jamás debemos perder las ganas de vivir, a pesar de saber que en ocasiones resulta dolorosa.
Tampoco jamás debemos perder el sentimiento de justicia, aún sabiendo que podamos sentirnos perjudicados.
Se dice que la paz y la libertad suelen andar de la mano, y es cierto, puede nadie puede estar en paz consigo mismo si no es libre para pensar y actuar según el crea conveniente dentro de las normas que nos hemos impuesto…
El corazón sí que es libre de verdad, por esa misma razón, debes escucharlo.
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...