LA MASCARA ARRACARE

Un día

la máscara arrancare,

y el rostro

al sol, al mar,

a la lluvia y al viento,

dejare

sordo, ciego y mudo

ante la realidad del espejo

y las miradas del amor.

 

Un día

la máscara arrancare,

y mis yo-es

en el teatro del día a día

se presentaran

desnudos y sinceros

con sus miedos y temores

con sus responsabilidades,

que aceptaran.

 

Un día

la máscara arrancare,

y en el carnaval de la vida

los secretos danzaran,

las palabras preguntaran

y los yo-es contestaran,

ya que la palabra

es libre y mágica,

que secretos divulgara.

 

Un día

la máscara arrancare,

y sentire frío y desespero

de esa soledad

que como ventisca helada

recorre mis pensamientos

empañando

el resquebrajado espejo

del reflejo de mi espectro.

 

Un día

la máscara arrancare,

y al mirarme al espejo

no reconoceré

esos ojos escondidos tras enormes ojeras,

ni esa apagada mirada

ni la palidez de mi rostro,

esa palidez que la muerte pinta,

ni el mudo grito de sobresalto.

 

Un día

la máscara arrancare,

y en  la mirada reconoceré

el cuerpo de otro,

de ese otro yo

oculto tras la máscara,

que me es cercano,

que no se sorprende,

ni huye atemorizado

pues él conoce mi locura

palmo a palmo,

mano a mano.

NO ES UN SUEÑO

No es un sueño

tú y yo desnudos

sobre la cama,

con el desorden de las sabanas,

con el desenfreno de mis manos

recorriendo cada pliegue de tu piel,

con tu aroma de deseo, de mujer

recorriendo los surcos de mi cuerpo.

No es un sueño

tú y yo en la vorágine

de ese instante de pasión desordenada

donde dos cuerpos ejecutan

movimientos ambiguos y precisos,

que absorben las penas

y el gozo es un alborozo

donde la nostalgia se doblega

frente a tanta dicha.

No es un sueño

tú y yo en ese momento perfecto

en que mi miembro

se pierde en tú monte de Venus

y nuestras bocas se funde

en el calor de la satisfacción,

para arrancar los gemidos

del ego de la agonía

y llevarse los silencios de la dicha.

No es un sueño

tú y yo desnudos

sobre la cama,

con el desorden de las sabanas,

empapados en sudor,

en el aroma del uno del otro.

Al despertar de esa fantasía

que nuestros cuerpos pintaron

en un instante de inspirada pasión,

yo salgo

y tú permaneces dentro.

SABANAS

Silencios plegados de gemidos y desvelos

Aroma  de vino y sangre guardan es sus pliegues

Buscadoras intrépidas de aromas y delicias

Ambas cubren los gozos de la vida, que

Nuevas promesas escuchan en la noche de delirios y pasiones

Antes de que llegue el caballero del sueño

Sus gastadas pieles esperan que el viento de la mañana sus secretos lleve.