Un día
la máscara arrancare,
y el rostro
al sol, al mar,
a la lluvia y al viento,
dejare
sordo, ciego y mudo
ante la realidad del espejo
y las miradas del amor.
Un día
la máscara arrancare,
y mis yo-es
en el teatro del día a día
se presentaran
desnudos y sinceros
con sus miedos y temores
con sus responsabilidades,
que aceptaran.
Un día
la máscara arrancare,
y en el carnaval de la vida
los secretos danzaran,
las palabras preguntaran
y los yo-es contestaran,
ya que la palabra
es libre y mágica,
que secretos divulgara.
Un día
la máscara arrancare,
y sentire frío y desespero
de esa soledad
que como ventisca helada
recorre mis pensamientos
empañando
el resquebrajado espejo
del reflejo de mi espectro.
Un día
la máscara arrancare,
y al mirarme al espejo
no reconoceré
esos ojos escondidos tras enormes ojeras,
ni esa apagada mirada
ni la palidez de mi rostro,
esa palidez que la muerte pinta,
ni el mudo grito de sobresalto.
Un día
la máscara arrancare,
y en la mirada reconoceré
el cuerpo de otro,
de ese otro yo
oculto tras la máscara,
que me es cercano,
que no se sorprende,
ni huye atemorizado
pues él conoce mi locura
palmo a palmo,
mano a mano.