LA ENIGMÁTICA DAMA, LA SEMANA

Ella, la enigmática dama

del tren del tiempo descendió

y en la penumbra del anden

de una vieja estación

su sombra dibujo.

 

Me acuerdo bien

que eso sucedió un Lunes

porque es el día

en que los niños lloran

sin saber por qué…

o tal vez presienten la rutina.

 

El Martes me la encontré

leyendo un libro de versos

de no sé quién,

una sonrisa picara me lanzo,

como si fuera el destello de un faro

a un barco a la deriva,

me saludo con la mano

y siguió con su lectura.

 

El Miércoles, embutida en su traje

a mi lado paso

distraída y pensativa

en sus cosas del ayer

y del hoy

pues el mañana

hilvanando había dejado

 

El Jueves, solo su sombra puede ver

pues apresurada caminaba

hacia el desdén,

desapareciendo en la esquina

de la rúa cansada.

 

El Viernes, alegre la vi

llena de ilusiones,

de deseos, de pasiones,

que dibujando estaba

en la sábana blanca de la esperanza

de que los sueños

tal vez se cumpliesen.

 

El Sábado, de la espera inquieta

desinhibida y contenta,

pues ella sin maquillar estaba

dispuesta a quemar su estima,

a olvidarse de su vergüenza,

mas la espera desespera.

 

Al Domingo espero

para escribir en su diario,

en su blog de palabras al viento,

lo que le aconteció

pero el domingo no llego

y en su sofá permaneció

contando sus penas

al retrato del tiempo.

LLORAR

Llorar sin consuelo

Llorar al instante

Llorar a destiempo

Llorar de pena

Llorar de dolor

Llorar sin motivo

Llorar sin compasión

Llorar de lamento…

A menudo lloras por el bien llorar

o quieres llorar y lagrimas te quedan

mientras tu corazón por dentro se rompe

llorando en silencio.

En un mar de lágrimas

te despiertas, y te sumerges

nadando a la deriva

queriendo ahogar la desdicha…

o tu dicha.

El caso es llorarlo todo

pero llorarlo bien.

TÚ MIRADA

La mirada de tus ojos

han envuelto mi corazón

en un mato de terciopelo,

que dulzura es.

 

En el teatro de la vida

tú eres la aurora boreal

segura, precisa

y nocturna.

 

El tiempo vivido

solo es un lejano recuerdo

porque tu mirada

no estaba en el.

 

Hojas que el viento lleva

escarcha del roció de la noche,

sonrisas distraídas e inquietas,

barcos cargados de sueños,

cazador de pasiones furtivas,

días grises, noches oscuras,

así era mi vida

antes que tú mirada

atrapara mi corazón.

 

Aromas que nacen

en el despertar del día

que en la noche se traban,

como el día depende de la ilusión

mi mundo, mi tiempo

dependen de tu mirada

pura y sincera,

que elixir de la existencia

es de este aprendiz de poeta.