ESTA MAÑAMA

Esta mañana, inesperadamente,
se abrieron mis ojos, un instante
para en el instante siguiente
descansar en brazos de la pereza,
las persianas de mis parpados,
se resisten a la inhabitual pereza.
Esta mañana, me siento
eco mudo de un suspiro
que del alma salió
sin temeridad, suspiro
del ocaso del pasado,
del reciente presente,
del incierto futuro.
Esta mañana, me siento
como un viejo retrato
en blanco y negro
que ajada a su suerte
en el desván esta
que es donde va
todo aquello que
queremos olvidar.
Esta mañana, me siento
como aquel primer libro
leído en la niñez, perdido
en los recuerdos de invierno,
ubicado en el ultimo estante
de la librería del abuelo
a la espera de que
el polvo del olvido,
inmerecido,
cubra sus tapas, y
sus letras se difuminan
en el tiempo del presente,
en el recuerdo del futuro
HABLEMOS DEL AMOR

Que sencillo parece,
qué difícil es,
hablar de amor, pero
para hablar de amor
no son necesarias la palabras,
puede hacerse mediante gestos,
que importantes son,
esas miradas furtivas
y de frente,
esas caricias tiernas
que estremecen la piel,
y algún que otro suspiro, pues
estos nunca desfallecen, que en
besos errantes se transforman
vagando en el viento,
surcando el mar como velero
buscado esos labios anhelados
donde posarse, para
dar rienda a la pasión.
Y también están las lágrimas,
que mudas son,
que nacen en tus ojos
recorriendo tus mejillas
propiciando los gritos
de tu alma.
Para hablar del amor
tener en cuenta has de tener,
al CORAZÓN,
pues él es libre de verdad
y escuchar debes.
LOS SUSURROS DE LOS POETAS MUERTOS (Julia Carolina Dorr- RIPLEY) IV

CALLATE
Oh, calla, Tierra! ¡Dobla tus palmas cansadas!
La gloria del ocaso se desvanece en el oeste;
El esplendor púrpura deja la cresta de la montaña;
El crepúsculo gris viene como alguien que lleva limosnas,
oscuridad y silencio y deliciosas calma.
Toma el regalo, oh tierra! En el suave pecho de Night
Lay tu cabeza cansada y sumérgete en el descanso sin
sueños , arrullado por la música de sus salmos vespertinos.
La fría oscuridad, el silencio y las estrellas sagradas,
Largas sombras cuando la pálida luna se eleva en lo alto,
Un solitario pájaro nocturno cantando desde la colina,
Y descanso total de las discordantes jarras del Día;
¡Oh alma mía! cuando la larga noche se acerca,
¿se llenará una paz tan profunda?
EL BESO
Cuando yacías ante mí muerta,
en ese pálido reposo,
en esos pasivos labios de tuyo ¡
No un beso que presioné!
¿Te preguntabas, mirando hacia abajo
desde una esfera superior,
sabiendo que nosotros dos habíamos amado a
muchos y muchos al año?
¿Me creíste extraño y frío
cuando no toqué,
incluso con reverentes dedos,
lo que tanto había amado?
Ah! la última vez que me besaste, cariño, ¿
sabes lo que dijiste?
«Toma este último beso, mi amado, ¡
pronto estaré muerto!
«Consérvala como una señal solemne a
través de la larga noche de nuestro amor,
hasta que la devuelvas
en una mañana brillante».
Entonces no te di caricias;
Pero, al recordar esto, ¡
cálida sobre mis labios, guardo
tu último beso vivo!