Cuando la muerte
es flor del aire infinito,
el canto
desliza las horas.
Las vivo
Las toco,
Las acaricio.
Algunas,
a veces,
se secan,
se enferman,
Otras resucitan.
Hay minutos que florecen radiantes,
y no tiene explicación,
es simplemente,
una manera
que no controlo.
Vestidas de púrpura desnudez
en el materno horizonte de la tierra
con los siglos
vienen a sembrar
algunas páginas.
La sangre asola
tallos cimbreantes,
la savia se propaga
de fibra en fibra
y el viento
inclina sin descanso
el crecimiento
silencioso.